11 jun 2012

PADRE

Padre,
tienes la magia para despertar el sol,
y puedes contemplar la aurora
preparando una taza de café.

Tu voz clara y sonora
comparte con nosotros
las mañanas de domingo,
y de vez en cuando la brisa
te vuelve niño
cuando intentas elevar
tu volatín multicolor.

Cada noche
tienes una reflexión
acerca de la vida, del tiempo,
de las estrellas y de los sueños.

Es tan diferente el hogar
con tu presencia,
es como el calor
de una mañana de invierno.
Algo así como el sol
irrumpiendo en
las heladas de julio.

Emerge
tu silueta en los peligros
y parece que tu magia
impide que se dañe la fragilidad
de lo que  proteges.

Parece que la sombra de tu cuerpo
es la coraza
para tus hijos pequeños,
y es al mismo tiempo
el manto que cubre sus angustias.

Eres
como la luna clara
en las noches de primavera,
buscando el sendero
de los días inciertos.

Eres en esencia,
el complemento de la ternura.
el gesto visible del amor
un derroche de protección
desde la infancia

Simplemente eres una palabra:
Padre.




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